domingo, 5 de abril de 2020

ARMONIA


Desde el puente, espío en el interior del río sereno, ya lejos de la estrepitosa catarata.
Algo se mueve, fijo los ojos hasta descubrir una tortuga de agua.
Se desplaza lento casi rozando el fondo. El líquido verdoso no se inmuta ante su deslizamiento,  imperceptible. Tan enorme y tan tranquila, no molesta, no invade, es parte.
Aterriza. Ya no la veo.
Ahora es una roca más.


Bitácora de viaje: Cataratas

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