domingo, 15 de octubre de 2017

AMAMANTAR


                                                                            (...) se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
                                                                            se derriten, se sueldan, se calcinan,
                                                                            se desgarran, se muerden, se asesinan,
                                                                            resucitan, se buscan, se refriegan,
                                                                            se rehuyen, se evaden y se entregan.
                                                                                                                  12,  Oliverio Girondo



Me gritás, me buscás, me llorás,
me deseás, me mirás,  me agarrás,
me insistís, me atrapás, me chupás, me fundís,
me exprimís, me transformás, me soltás,
te saciás, te desprendés, te sonreís, te acurrucás,
te calentás, te relajás y te dormís.

Ama de tu pecho, mama tu mirada,
manta complaciente, mamá tibia
amamanta

sábado, 6 de mayo de 2017

LA PRIMERA VEZ

El corazón
bombea
late
la ciudad
brota un mareo
desde adentro
torbellino de sensaciones
tumulto de cuerpos y colores
carteles  
luces estridentes
ciegan
imágenes que ensordecen
voces mezcladas
en movimiento
sacuden
giran
agujas que recorren
minutos
como si fueran
instantes fugaces.

Trastabillo
emborrachada
casi desmayada
de locura
lo siento
late
esa calle
grita
hechizada
pierdo mi cuerpo
en esa noche
la primera
encandilada
me dejo atrapar
hasta fundirme
en la plaza del tiempo.


Vitácora de viaje: Nueva York



domingo, 23 de abril de 2017

UNA PAUSA


No avanza. Espero y nada. Me siento enlatada, una conserva en envase amarillo, pintoresco. Me relajo, estaré así hasta que se destrabe, y con esta inesperada nevada viene para largo. Hay una incontable fila de autos, juntos, casi pegados como un rompecabezas de cientos de piezas.

El conductor habla con su esposa, escucho la conversación. Ella lo reta, no se llevó el abrigo con esta tormenta, le pide que vuelva. Él le contesta tranquilo mientras chupa la bombilla de su segunda gaseosa en vaso de plástico. Me molesta ese ruido de final pero me callo. A él no parece importarle nuestra presencia, quizá está seguro de que no entendemos nada de su idioma, quizás ya está acostumbrado en esta vida encerrada. Total no nos volverá a ver.

¿Y si no existimos? El tiempo está detenido en esta larga cola, como si se hubiese esfumado. Ha desaparecido y quizás nosotros también. Por ahora resta esperar la llegada a la ciudad desconocida, dejar pasar las horas inútiles. El destino está cerca, lo sé, pero se me hace muy lejano. La ilusión del viaje casi se esfuma con el tiempo escurridizo, se olvida, se aburre, está en pausa.

Suspiro, miro el vidrio cubierto de gotas escarchadas. Saco una foto para que ese momento cobre vida eterna. Me detengo junto con las horas mientras espero el instante en que pondré play.