Rosas sembradas.
Rosas derramadas.
Rosas por todos lados.
Rosas de colores.
Rosas unidas como ramilletes gigantes.
Pero la rosa roja…
Su intenso color le gritó a mis pupilas.
Sangre esparcida de víctimas tiñendo sus pétalos.
Era sangre, sí.
Real, rabiosa, fogosa.
Rojo ardiente.
Fuego pasión.
Llamaradas de labios.
Incendios pintados que buscan seducir.
La escena de un crimen.
Nunca las vi de ese color tan penetrante.
El resto, las blancas, rosadas y amarillas,
románticas, nostálgicas, alegres, enamoradas.
Suspiran emociones.
Me contagian.
Belleza pura e inocente.
Pero las rojas,
ésas no.
Atraen.
Sobresalen.
Provocan.
Fuertes.
Atrevidas.
Invaden los ojos.
Duelen las imágenes.
Brujas fogosas.
Amantes hechiceras.
Asesinas.
Emanan por el poro de sus pétalos
el color más vehemente,
vivo,
real.
Corazones ardientes.
Amor prohibido.
Tormentos.
Inquietan.
Hacen palpitar el corazón.
Taquicardia.
Libido que sube.
Cubierta de pétalos sonrojados
mi corazón se enciende
mis ojos palpitan.
Mi alma late.
Nota:
Fotos de mi sobrina Irina
Modelos: rosas del Rosedal y mi sobrina Irina
¡Rosas rojas, rojas, rojas!!!!!Te quiero hermanita
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