sábado, 2 de mayo de 2020

MÁS YO MISMA QUE NUNCA

Un camino oculto de niños y adultos
nadie me veía
ni se burlaba de la alocada manía de hablar sola
un paredón cubierto de arbustos con hojas de verde intenso

dividía mi yo
rodeada de mis amigas
sendero empinado, sentada en la bajada,
las flores campanita.

Ellas eran princesas
agraciadas con su cuerpo esbelto
y la piel aterciopelada
amazonas
guerreras indomables
un ejército azulado
niñas perdidas en el bosque
perseguidas por un ser malvado
indias salvajes
galopando con sus intrépidos caballos
a veces se enamoraban
otras luchaban
también lloraban
pero siempre triunfaban
ellas eran mis cuentos
inventados de la imaginación
que brotaba como un torrente
por mis labios.

Nadie se reía de mí,
era una niña plena
haciendo lo que más deseaba
feliz, viviendo en un mundo
de historias que se hacían reales
con solo contarlas
en voz alta.

Un día
no recuerdo cuál ni por qué
dejé de ir
supongo que crecí
el escondite se transformó en papel
mis palabras en letras
reviviendo aquella época
esa fotografía
donde por primera vez
fui más yo misma que nunca.

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