lunes, 28 de octubre de 2013

AMARILLO




Patito de plástico flotando en la bañadera.
Trapo absorbente que uso para secar.
Bob esponja.
Marcador flúor más usado para resaltar la parte importante de un texto.
Frutas de plástico: bananas y limones.
Casco de Bob el Constructor.
Botas de lluvia que usan los chicos.
Bart Simpson, y también Homero, y Marge, y Lisa, y Maggie.

No me provoca emociones, como el verde esperanzado, la pureza del blanco, el rojo apasionado o el azul intenso. Tampoco es mi favorito. Nunca lo uso en mi ropa, en mis accesorios, ni decoro mi casa con él.

Lo pienso.

Atrevido, imita al sol, trae luz.
Llamativo, nadie que sea tímido se vestiría con ese tono, sólo lo usa el quiere que lo miren.
Alegre, siempre está en los globos, los payasos, resalta los dibujos.
Brillante, ilumina las pupilas.
La naturaleza lo tiene muy presente en sus flores, en sus frutos.
Trae nostalgia cuando llega el otoño y se pinta en las hojas.


Hoy vino a presentarse. Sin anunciarse invadió mi sobrio mundo. Ahí está, siempre estuvo, oculto, callado, mostrándose a través de instantes, como chispas fogosas que se encienden y en breve desaparecen. Ahora que lo encontré, lo descubro mío, una parte escondida de mi sorprendente yo.


domingo, 20 de octubre de 2013

MUNDO FELIZ

Si todos los días fueran mis mañanas, estaría en la entrada de un mundo feliz.

Sin ruidos molestos, tapan los sonidos que acarician las emociones.
Ausencia del vértigo por correr y llegar a tiempo para terminar algo, cualquier cosa.
Simplemente terminar.
Rodeada de quien yo quiero, nadie por compromiso, sólo mis afectos.
Sonidos que en el día pasan desapercibidos, música suave que alegra el espíritu.
Quietud del amanecer.
Dejar entrar al silencio, sentirlo, tenerlo a mi lado, disfrutarlo.
En compañía de mi mate y algo para escribir:
fluir de ideas
emociones
sin preocupaciones que me limiten
cuerpo relajado
tiempo suelto sin necesidad de correrlo
adueñarme del tiempo y cada uno de sus segundos.

No me aburriría, lo juro.

Escuchar el corazón, ritmo de compás único y perfecto.
La naturaleza que me habla.
Vivir lo que siento y se me da la gana.

Sería perfecto,
sí,
mi mundo feliz.