Mi zumbido está activo. No suele funcionar cuando me
levanto. Hoy lo escucho.
Pensar que es tan molesto y a la vez sólo mío, nadie más
que yo lo conoce y lo siente.
No es real.
Mi cerebro lo crea, lo percibo, hasta tiene nombre.
Si lleno de sonidos el ambiente se va a ir. Prendo la tele
y ya.
Zumbido empalagoso.
¿Quiero que se vaya?
Hoy realmente me agrada escucharlo. Hace muchos años que me
sigue,
sombra sonora.
Zumbido compañero.
Hay días que no aparece, pero hoy vino bastante intenso,
enérgico.
Zumbido atrevido.
Ocupa el espacio destinado a la nada, a la ausencia de
sonidos.
Zumbido insistente.
Hoy tiene el volumen algo elevado.
Zumbido fastidioso.
El reloj le hace competencia y logra captar mi atención. Me
distraigo con otras cosas y me olvido. Ahora me doy cuenta de que ya se fue, se
apagó. Mi zumbido sabía que otros ruidos lo iban a callar, y se fue solito.
Va a volver, lo sé, por la noche, cuando el silencio me
rodee y los otros murmullos se apaguen.
Sólo el silencio restaura cada cosa en su lugar.
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